11 abr 2010

Minirrelato: El erizo

erizo
Este amanecer bajé a la playa, había marea alta. Me dispuse a pasear por la orilla sorteando las olas que venían a acariciar mis pies.

Yo intenté esquivarla para no mojarme los zapatos.  Así que decidí ir por la parte de la arena seca, donde el oleaje no me podía pillar. En ese lado, encontré un erizo. Lo vi solo, lleno de púas y espinas...

Pensé que quizás querría volver al mar y él no podía hacerlo. Así que ni corta ni perezosa, le pregunto:

- ¿Oye necesitas que te devuelva al mar?

 Evidentemente, el erizo y yo no hablábamos el mismo idioma. No me contestó. De todas formas deseaba ayudarlo. Como estaba lleno de púas y para no pincharme, no me atreví a cogerlo con los dedos. Lo empujé con los pies hasta la orilla, dejándolo en el agua.

Cuando por fin el erizo estuvo en el mar, las olas volvieron a depositarlo en la arena seca. Ante tal gesto, caí en la cuenta de mi gran error. Entonces, lo que hice fue sentarme a su lado, en silencio a contemplar el mar.


1 comentario:

LUIS ALBERTO dijo...

que bueno! me ha encantado Yeiza, es un texto lleno de moraleja! un beso

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