21 dic 2010

INSTANTÁNEAS: Málaga, lluvia y barcos hundidos

Llueve. A la ciudad le sienta bien el agua, aunque haya que ir con los pies mojados. El sábado durante la noche cayó a diluvio. Calada hasta los cimientos, Málaga estaba hermosa bajo la luz sepia de las farolas.

La catedral transformada en una inmensa fuente destilando agua por sus caños, con una fuerza insólita, parecía que brotaba de su interior. Como empeñada en lavar las calles empedradas que la rodean. Es un espectáculo digno de ver, muy recomendable: Málaga lluviosa y nocturna.

El agua repiqueteando en el suelo. Las gotas deslizándose por las superficies inermes. El chapoteo del líquido transparente al caer en los charcos. El conjunto se transforma en una sinfonía urbana enriquecida con las pisadas de los que escapan buscando refugio.

- ¿Por qué caminas despacio bajo la lluvia?
- Para escuchar lo que cuenta.
- ¿ Qué dices? El agua no habla.
- Calla y aguza el oído: El puerto grita. La ciudad brama. El agua también habla. Bajo el paraguas se hace el silencio.

"Barcos hundidos en el fondo del mar,
tesoros ocultos entre los despojos de los muertos.
Los corales lucen banderolas hechas con jirones de ropa,
dando aviso a navegantes de que ése es otro campo santo.
Cementerio acuático de sal y arena.
Gaviotas con rostro de buitre bucean hasta las profundidades
para despojar a los no vivos de sus abalorios:
Piedras preciosas engarzadas en anillos de latón
que embellecen esqueléticas falanges desnudas de piel.
Último gesto de coquetería de alguien que ya no existe.
Transformados ahora en simples restos de otras tormentas.
Batallas donde el agua luchó contra sí misma." YSH

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