18 jun 2011

La sombrilla, reflexiones en primavera (VIII): Loca de atar, reversionando a Pablo Alborán

"Algunos cuentan que no sabe adonde va. Otros murmuran que no tiene casa. La gente dice que no duerme jamás" Pablo Alborán ........ ¡Loca de atar! Sí, ya lo sé, que los puntos suspensivos son sólo tres, que seguramente a lo largo del post encontraréis faltas de ortografía, de concordancia o de estilo. Los que me conocen estarán sorprendidos, defraudados, inmunizados o indiferentes. Seguramente, seguramente. Bueno, eso es lo que yo me imagino, ya se sabe que las cosas cuando no se comprueban la mente rellena los vacíos o los silencios con lo que le da la real gana.

Esta mañana he leído que en la cultura japonesa quedarse callado es de "muy buena educación", pues mira, ya tengo un país al que si voy daré la nota desde que entre por la puerta. Pues, yo que sufro de verborrea galopante crónica y casi salvaje, el cartel de "muy mal educadísima" me predecerá. Ya se sabe: "Crea fama y échate a dormir".

La mañana de hoy la he pasado leyendo, me ha venido muy bien. Últimamente estoy "mu'quemá" y aunque es normal debido a un cúmulo de sucesos personales que comenzaron el 1 de enero de 2010 y que hoy a día 18 de junio de 2011, continúan aún en carne viva. Esto aunque suene crudo no es mala señal, estoy "quemá", pero sigo en pie.

La crisis de las crisis, produjo una autocombustión que cambió mi realidad. Un gran terremoto, un tsunami invisible que sólo yo cuando reaccioné y algunos especialistas han sabido reconocer. Es difícil hablar de lo que no se ve. Es más fácil hablar de fantasmas y de la vida después de la muerte y conservar intacta la credibilidad, que de la pérdida de derechos básicos en un país supuestamente democrático. A los que creen en el cambio, se les tacha de utópicos. A los que se manifiestan por los derechos reales se les llama quijotes.

Un día en clase me dijo una compañera: "Yeiza, tu manera de hablar es una utopía. Una persona sólo puede influir en su entorno más cercano, familia, amigos. Lo que uno puede controlar". La miré, suspiré y me callé. Me callé porque ni siquiera en esos círculos se puede imponer, sin caer en totalitarismos. Y es precisamente esa palabra 'control' la que me más miedo me dió. Personalmente, la cambiaría por 'influencia'.

Sí se puede influir en alguien, en una misma. Algunos me tachan de 'motivá', es posible, pero esa motivación no es natural. Es una opción racional, una elección. Y a veces también decae y es insuficiente. Ya se sabe cosas del directo. Unas veces se acierta y otras no tanto.

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