23 jul 2011

La sombrilla, reflexiones de verano.02 (III): Málaga transversal


La sombrilla está en el centro, junto a la calle Larios, el kilómetro cero de la capital del reino. Llevo tiempo sin mirar a Málaga como observadora, sin escucharla. He estado con ella, pero de incógnito. Lamento sus defectillos: comercios cerrados, obras a medio terminar. Oasis vallados en los que la apalmerada sorpresa es que han puesto un parque junto al puerto, para que los niños puedan jugar mientras los adultos miran los cruceros con ojos lobunos pensando, quizás, que el próximo será el suyo.

En la Málaga transversal veo a cinco chicas: cuatro con vestido corto azul estampado haciéndole coro a una que iba de blanco. Todas con una banda como la de las misses. "Novia en prácticas" reza una de esas anaranjadas telas hechas para destacar. La novia y su séquito de estampadas madrinas desaparecen entre la gente y yo continúo, reflexionando sobre el pasado y sobre el presente, cada loco con su tema.

Málaga esconde historias, y aunque no cuente con oídos atentos a sus murmullos la conversación está latente. María (no es su nombre real), inmigrante sin papeles sobrevive a la crisis durmiendo. Duerme de día y vive de noche pegada a la pantalla del ordenador esperando las noticias de su país, desde el otro continente. Vive de noche porque en la noche es libre, porque no gasta, porque no consume. La noche disimula la arruga del miedo. Miedo a sí misma y en lo que se ha convertido, una sombra porque ningún número la avala, ningún registro la certifica.

Ella no se ha vuelto oscura por vivir de noche, su piel aceitunada de nacimiento ha perdido el color. Ahora es enfermizo y casi blanco. Sólo habla de mantener la ilusión que la hizo tomar el avión desde el continente americano buscando a la encantadora y soñadora Málaga que conoció en las películas. Ésa por la que sus compatriotas le continúan preguntando, pero que ella no ha conocido. María y Málaga, no empezaron con buen pie, para ella es una cárcel de blancas paredes, playas en las que la nata vuelve translúcidas sus aguas. Para ella Málaga es símbolo del eco de sueños anteriores y las pisadas de los gatos sobre el alféizar de la ventana. María se pone una banda invisible que la desmarque del limbo de los: "Sin papeles".

Buenas tardes

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