13 jul 2012

Minirrelato: El sesgo en la mirada

"De lo que escuches no creas nada, y de lo que veas la mitad", así decía la voz arrugada por el tiempo, de la joven de mirada aviesa y nariz romana. Dicen que esas narices son muy aristocráticas, por eso no usan pañuelo, sino el borde de la sotana. La sotana del cura que iba para labriego, pero que sintió la llamada justo cuando encorvado arrancaba la mies, y sudando miró al cielo.

"De lo que escuches no creas nada, y de lo que veas la mitad", le dijo el niño al viejo, porque los niños hoy son viejos barbilampiños. Y los viejos son ahora los niñeros de las generaciones que ya no les cuidarán.

"De lo que escuches no creas nada, y  de lo que veas la mitad", le dijo el marido infiel a la infiel esposa, que chateando con nombres falsos, sin saber que se ponían los cuernos mutuamente. Ya se sabe, las cosas del querer.

"De lo que escuches no creas nada, y de lo que veas la mitad", así decía el tuerto al ciego, que como no veía, solo oía las campanas redoblar. 
- ¡A la derecha!- gritó el ciego. 
-¿Y tú que sabes?- respondió el tuerto. 
- Y, ¿cómo quieres que siga a ciegas, a alguien que ya tiene el sesgo en la mirada?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Las percepciones erroneas son la madre del fruto de los fracasos.

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