24 sept 2012

La sombrilla, reflexiones: Libros, fetichismo y la huella de los tacones

Me gusta leer... Unas veces son recomendaciones, otras obligaciones y otras, simplemente, me dejo llevar. Desde luego, en mis estanterías no están los más vendidos. Los mercadillos o tiendas de segunda mano son cajas de sorpresas desde donde algún libro antiguo salta hacia las manos, como las mascotas abandonadas que buscan dueño. Te ofrecen su mejor sonrisa o su mirada más lastimera para que te lo lleves contigo. 

Así me pasa a veces con libros, y como no sé decir que "NO" me lo traje a casa. Éste en particular me llamó la atención por el título "Consejos para las señoras de cierta de edad" de Concha Suárez del Otero, Ed. Larfe (1972). Ya desde la dedicatoria avisa que va dirigido a mujeres de entre 40-85 años y cómo deben cuidarse para afrontar esa nueva etapa de la vida. Y aunque todavía me faltan algunos años para llegar a la horquilla de edad que propone el libro, me entró la necesidad urgente de que tenía que leerlo. No me pregunten el por qué. 

Así que por 0,50 céntimos me lo traje a casa. El libro a grandes rasgos no está mal, para ser un libro de los años 70, escrito con la mentalidad de los años 70, es bastante revolucionario. Insta a las mujeres a mirar por ellas, a cuidarse, que a pesar de la edad y la vida que hayan tenido no dejen de tener hambre por la vida y ganas de aprender.

En cambio tiene otras cosas que no me gustan tanto, porque se nota el sabor arcaico y rancio de las tradiciones que ya deben ir quedando obsoletas. Por ejemplo, el concepto de mujer como 'señora de su casa', con chica de servicio, que no salió al mercado laboral, pero que gasta su tiempo ayudando en labores sociales o jugando a las cartas.  ¡El libro iba dirigido a esas mujeres!  Además, explica algo de la supuesta 'buena educación' que define a la mujer elegante como aquella que pasa desapercibida para no destacar por su experiencia o sabiduría. Crecer, pero discretamente. No vaya a ser que se moleste el prójimo sea este hombre o  mujer.

Vamos a ver, porque a mi esto me chirrió, ¿esto es algo así como aparentar ser un mueble de los buenos, crece para ti, para tus adentros? ¿Y ya está? En fin, tampoco se trata de ir por la vida dando clases magistrales con lo que uno aprende -que eso cae muy 'pesao' da igual quien lo haga- pero , cuando aprendes cosas lo normal es darle uso,  compartirlo, sacarlo a pasear, no dejar que se apolille en los armarios. Digo yo, ¿o no?

En esta pequeña expedición literaria, lo que he sacado en claro, es que "Eres lo que lees". Leer lo que alguien dijo hace 40 años y analizarlo bajo la perspectiva crítica que te da la distancia, ayuda a ver lo que ha madurado la sociedad. La mujer a la que iba dirigido ese libro ya no existe, no conozco a ninguna. Ya se han afianzado en el saber y los estudios, y ahora el siguiente paso es tomar los puestos de liderazgo para el que se han preparado. Ya hay muestras de ello, afortunadamente.

Esa lectura era reflejo de su tiempo, de la manera en que se pensaba. Tuvo su momento, formó parte del imaginario colectivo de aquella época. Quizás deberíamos ser igual de críticos con los libros actuales, mirarlos con lupa. Hacer lo mismo con las trilogías que hacen apología de la mujer sumisa revestida de encajes por muy 'sexy' que lo pinten. No hace falta ir quemando sujetadores, simplemente ser crítico con lo subimos a los altares de la estantería de casa.


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