5 oct 2012

Historias de Malagueñ@s (II): La solidaridad se pone alas. Los Ángeles Malagueños de la Noche

Beli removiendo las lentejas
En los tiempos que corren ver a un grupo de gente en mitad de una plaza puede ser por varias razones: porque se concentran para una manifestación, porque están esperando en la cola del paro, o para comprar el Ipad de última generación. En este caso, no hay dinero para comprar artefactos tecnológicos, y la manifestación es silenciosa y ordenada. La fila que se forma en una caseta cuyo toldo reza Ángeles Malagueños de la Noche, junto al Río Guadalmedina, es para pedir comida.

Emilio Gómez, administrador en la Asociación, aunque no ha querido salir en las fotos, nos atiende unos minutos. Durante la entrevista, no paraban de llamarle: "Emilio, un momento, por favor". Él a todos escucha y da palabras llenas de pequeñas soluciones. "No te preocupes, que hoy comes".

Orden y limpieza en el interior
Emilio, de 52 años, es Teniente en reserva de la Legión. Tiene  experiencia en el sector de la Alimentación para un regimiento, esto ha posibilitado que Los Ángeles puedan ampliar la ayuda ofreciendo menús de almuerzo y cena. La asociación se mantiene con: "Donaciones anónimas, no estamos subvencionados. Esa independencia nos permite ayudar a todos sin restringirnos a una persona con unas características específicas. Los supermercados no ayudan con alimentos, simplemente nos permiten poner una cesta y recoger la comida que los clientes deseen donar. El Banco de Alimentos nos ayuda con un 10 ciento y la Junta solo con perecederos", explica Emilio.

El perfil de los nuevos usuarios de la fila: La clase media, parados de larga duración

Junto a los sacos de pan del día
Gómez explica que: "Si quieres una foto impactante ven a mediodía. Antes solo venían indigentes, ahora vienen mejor vestidos. Es cualquier persona que ya no tiene trabajo y tiene que elegir entre pagar la hipoteca o comer, entre pagar la luz o comer. Algunos se traen el 'tuper' de casa y se llevan comida para 4 o 5 personas. A nadie se le pone pegas. Además, tenemos menús sin cerdo para los musulmanes". 

Ante las posibles quejas de los vecinos sobre la limpieza de la zona: "Nos encargamos nosotros, hasta aquí no llegan las cubas de riego municipal. Lo hemos solicitado pero no vienen".

Necesidades: "Si alguien puede donar un toldo para que la gente no se moje los días de lluvia, y comida". (Pinchar aquí para ver listado). Actualmente, la asociación cuenta con 100 voluntarios para atender la cifra de "950 a 1.100" personas diarias, ya que ofrecen: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

  • Fotos:YSH
    Javi, 52 años, profesión cocinero en paro. Como voluntario cocina para 400 personas. Solo un primero, comida de cuchara. "El gobierno ayuda poco, estoy parado y con dos hijos pero vengo a ayudar porque siempre hay alguien está peor tú".
  • Juan Antonio, 18 años. Aprendiz de todo: "Estoy aquí de voluntario porque pasé muchas veces por la fila, para devolver el favor".
  • Antonio, 18 años. Realiza labores de carga y descarga. "Los gobiernos deberían aprender sobre como nos organizamos los pequeños".
  • Beli, 57 años, de profesión camarera en paro. Lleva siete meses viniendo a cortar la chacina para los bocadillos de la merienda. "Yo también venía a la cola, estar aquí es la mejor terapia. Ayudar a los demás y no encerrarse en casa".
Un poco de historia

La Asociación nació a finales del año 2007. Felisa Castro de Gálvez, Presidenta de Honor, en una visita a la ciudad de Milán, observó como algunas personas repartían comida y bebidas a los indigentes que vivían en la calle. Ella y unas amigas trasladaron esa idea a Málaga y empezaron a preparar en su casa: bocadillos y bebidas calientes repartiéndolo entre las personas que dormían en la calle.

Ese mismo año, se redactó el Acta Fundacional de la Asociación dándole el nombre de ÁNGELES MALAGUEÑOS DE LA NOCHE. Y ya en 2008 quedaron legalizados los Estatutos ante el Registro de Asociaciones de la Junta de Andalucía. Más tarde, el Ayuntamiento autorizó la colocación de una caseta prefabricada que se instaló en el pasillo de Santo Domingo, su actual ubicación.



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