7 nov 2012

Poesía: El secreto

En una oscura y fría estancia,
inundada de un sepulcral silencio,
irrumpen sacrílegas las notas
de un viejo concierto.
Melodía errante que vaga todavía sin dueño,
pues, no ha nacido aquel que descifre su misterio.
Ni domine con destreza
sus acordes, corcheas y silencios.
¡Armonía rebelde!
Ríen los acordes.
Ríen las corcheas. 
Ríen los silencios.
Retando a los artistas a correr tras ellos.
Haciéndoles entender que hace falta
¡Algo más que talento!
La inspiración acaricia la piel del artista,
con la dulzura de un beso,
susurrando melodías al oído
cual enamorado beso.
Atrapando en un segundo,
el goce pleno del universo.
¡Ése es el drama del artista!
Que muere por sus besos.
¡Inspiración maldita!
Juguetona e inquieta.
Mariposa grácil y esbelta,
etérea y escurridiza.
Todos desean rendirse,
a tu dulce seducción.
Entregarse al placer infinito
sin pensamientos que recuerden
la sensatez o la cordura.
Por ti venderían su alma al diablo.
¡Por tan bella locura!
Sigue tentando, sigue,
que el concierto continúa.

I. Inquietudes. 2000

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