22 dic 2013

La sombrilla: Locurreflexiones domingueras

Tendría que apuntar las ideas. Así cuando llegara a sentarme en esta silla no improvisaría, iría a tiro hecho. Antes lo hacía. Ahora escribo de forma caprichosa. Creo que desde hace un año por esta misma época, cuando el cuerpo dijo hasta aquí, obligándome a tomar la vida con más calma. Hubo un antes y un después. A veces me enfado conmigo misma porque esto parece la absurda justificación de una rendición anticipada. O simplemente, que me he vuelto más flexible ante las limitaciones de mi carcasa y las que te pone la vida.

Creatividad
Hace un año por esta época, se puede decir rocé el Nirvana sin pasar por ninguna droga, meditación previa, ni nada de nada. Mi cerebro saturado de estrés dijo basta ya. Envolvió mi realidad con vestigios del pasado y fogonazos del futuro. En el silencio de la noche, los grillos y los pasajes sin escribir se sucedían sin concierto. Un año después me gusta pensar en ese episodio como la inmersión completa al Arte. Lo malo es que los mamíferos no estamos preparados para aguantar la respiración en el océano de las palabras. Sentir que cuanto más profundo te sumerges en ése agua, más te alejas de la orilla y del oxígeno, pero más cerca estás del estado de creatividad perfecto. 

Cada bocanada de vida que se te escapa, eres más libre para seguir profundizando. Pierdes la noción del miedo, la barrera de la vergüenza, la limitación de una cordura políticamente correcta. Que cumpla con las normas de la etiqueta y el protocolo de las clases de gente que se empeña en crear personas de primera, de segunda y de tercera. Una realidad que convierte el papel en un semidios que te hace pobre o rico, residente o irregular, sino los posees. Un papel en el que empeñas tu vida o con el que te limpias el culo. 
En el baño. Andrea Wayne von Königslöw

Cuanto más te sumerges, la apnea te vuelve la vista más rica en detalles, quizás desarrollas la intuición que tenías atrofiada y que Google te ayuda a no olvidar. Relacionas o indexas ideas. Eres capaz. La creatividad en estado puro es una bebida no alcohólica que te deja en coma etílico. Cuando sales de él estás deseando volver. Quieres atravesar de nuevo la selva para encontrar la oreja de Vangogh, la pipa de María Zambrano o el brazo de Cervantes.....

Agua y papel, papel y agua, letras que ya se leen en la pantalla táctil de las Tablets. Da igual, el soporte si tú lo lees. Si tú te lo comes, si tú lo digieres y permites que florezca en tu mente. Sino a la papelera  o al inodoro. No olvides tirar de la cadena y lavarte las manos.


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