11 ene 2017

Minirrelato: El camino de los místicos

Valle
Había una vez un buscador obsesionado con la mística y el saber espiritual que rondaba siempre a los gurús para escucharlos y seguir subiendo. Pensaba que la meta estaba arriba, en la cima y ver desde la vista de Dios el mundo desde la alturas. Se sentía pequeño e insignificante a pesar de su gran acopio de conocimientos. 

Un día en su incesante caminar encontró a una mujer de edad indefinible cargando una mochila, pronto se encontró a su altura y la saludó. Estaba sorprendido de que alguien andase por aquellos senderos no dibujados en los mapas. Pronto empezaron a hablar y a ambos les extrañó que tuvieran inquietudes similares. Ambos hacían el camino hacia el pico de la montaña, eran escaladores que profundizaban en las grandes verdades escritas en el mundo invisible. Iban preparados para lo que hiciera falta, llenos de energía por ir acompañados en un tramo del camino. 

Pronto la mística dio paso a la prágmatica de las necesidades fisiológicas e hicieron una parada en medio de un valle, verde, hondo, lleno de arrugas y grietas. Mientras ella esperaba, se relajó mirando los accidentes del paisaje. Su mente se vació durante un instante y le vino a la cabeza una oración cantada y empezó  a recitar a media voz, acorde al silencio que se respiraba en aquel lugar. Él reconoció la lengua sagrada en la que ella cantaba, se sentó cerrando los ojos mientras la escuchaba. Después de un buen rato, ella terminó y dijo: 
- Ya no quiero subir a la montaña. 
- ¿Por qué?- Dijo él.
- Porque he vivido obsesionada por escalar picos, por ver, por saber, por callar mis inquietudes. Pero aquí y ahora, en este valle he encontrado la paz. 

Él la entendió y estuvo de acuerdo, durante unos instantes vieron y escucharon con los ojos del espíritu. Al volver a tierra, contrastaron visiones. Y se dieron por satisfechos volviendo sobre sus pasos, cada uno volvió a sus quehaceres con una perspectiva renovada... Quedaba mucho por hacer, pero a otro ritmo.

No hay comentarios:

Minirrelato: Al estilo Ennio Morricone

Morricone Xilófono de entrada,  hace imaginar una bailarina, leve y ligera, pero pronto la banda sonora trae intriga al cuadro. El tutú se v...