2 ene 2017
Poesía: El banco (III)
Aquel verano acabó.
El eco de los besos
se diluyó en el tiempo.
Amaneció y nadie recordó
lo sucedido allí.
La noche se perfuma
con las flores coquetas,
embriagando hasta sus raíces
al que esté receptivo.
Se mezcla el olor a alcohol
con el sudor a feria.
¿Por qué quitas la mirada?
¡Y miras sin ver?
¿O viendo más lejos?
¿No ves la naturaleza salvaje,
lista para correr?
El banco-góndola-buque
se transforma en banco-nido.
Refugio de las almas sin alas.
El lecho de astillas del banco-nido
se transforma en astillas de banco- ataúd.
¿Muertos por no amar?
No, muertos por compartir el aliento
con seres agujeros negros.
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